No, no os asustéis con el titulo. Cuando hablo de mundo interior, no es más que una forma poética de hablar de esa otra ropa. La interior, la de los pijamas y calzoncillos.

 

Ya sé que esto tiene poco glamour, sobre todo lo de los  calzoncillos. Dios, ¡que mal suena!. Resulta mal sonante y carente de todo estilo, pero es lo que hay si queremos seguir llamando  a las cosas por su nombre en Castellano.

 

La evolución de estas prendas ha sido espectacular. Hemos pasado de los clásicos "Marianos" y de los "Ocean",  a tener tal gama de nombres, de marcas, de texturas, colores y formas, que no cabrían en este post.

Recomendación que haría una madre: "Hijo, cámbiate de muda todos los días y si hace falta más veces, porque si te pasa algo y tienes que ir al médico, que te encuentren limpio y aseado".  Yo diría: "Si tienes que enseñarlos, no voy a entrar en detalles, que te encuentren preparado".

 

 

 

 

Consejos: Que sean cómodos, bonitos y que te sientas seguro con ellos.

Huyamos de la ropa interior de tigre, de camuflaje o de formas raras. Elige colores claros, ¡ah! y sobre todo, que no se vean. Por algo se llaman prendas interiores.

Según tu cuerpo y gustos podrás usar una marca u otra, un modelo u otro. La elección cambiará según la ropa exterior que lleves, sea o no, de vestir o deportiva, ajustada o amplia.

 

 

El pijama es otra prenda cuya evolución, sin ser tan espectacular como los slips, ha tenido lo suyo. Desde el pijama de franela, hasta el de seda, pasando por el suave, natural y fresco algodón o hilo. Del color blanco, al de vivos colores, rayas o dibujos. De pernera larga para frioleros o el invierno, a los de pernera corta para los calurosos o el verano.

 

 

Las últimas tendencias presentan, pijamas que puedan llevarse por la calle o muy identificables con las prendas deportivas.

 

 

Por ejemplo los pijamas PANT. Algunos famosos los usan en la calle.

También están los de una sola pieza, como apreciareis en la fotografía. Nada que ver con los pijamas clásicos .

 

 

¡Se me olvidaba!. En el pijama, la manga nunca sobrepasa la muñeca y no deben arrastrar por el suelo las perneras, nada más ridículo que un hombre con un pijama un par de tallas más grande.

 

Solo me queda desear "Felices sueños" y deciros que desnudo..., también se duerme muy bien.