"Pintaron de gris el cielo y el suelo se está abrigando con hojas. Se está vistiendo de otoño".  JOAN  MANUEL SERRAT de su disco "Balada de otoño".

Como bien nos dice Serrat, en esta época los árboles nos alfombran el camino y el viento desea refrescar el rostro. Nos toca cambiar de ropa y abrigarse.

El otoño es la estación de la memoria, del recogimiento, las curiosidades y por tanto, de aquel inmenso LOVE SONG de CHET BAKER.

Aunque la ciudad en que vivimos nunca nos pertenece, ¿cómo no va a ser nuestro el cielo de la misma?. Éste si que nos pertenece, es un trozo de cielo al que tenemos derecho. Cuando éste se tiñe de índigos, tristezas y añoranzas de un verano pasado, cuando todavía quedan restos de arena en nuestros bolsillos y el olor del salitre está en los rincones de nuestra memoria, llega el cierzo que empaqueta las nubes y las hace correr como si no hubiera mañana. Desaparecen como un amor de verano.

El otoño es una estación propia de lluvia y humedad con lo cual, habrá que tener unas prendas propias para ello. Esta prenda casi en desuso, es la gabardina.

Para ir o salir del trabajo y antes de volver a casa, al tomar unas cervezas con los amigos es necesario y resulta realmente elegante esta prenda.

Su nombre procede de "Garibaldiana". Como intuiréis, procede de una prenda que los soldados de Garibaldi utilizaron en la primera guerra mundial.

Esta prenda para mí, es de fondo de armario. Tiene la peculiaridad que combina con todo, pero tristemente ha sido transformada y suplantada por distintas transfiguraciones o híbridos que no están mal, pero que son otra cosa.

Hablamos de la gabardina clásica que va perfecta con traje, con chaqueta y pantalón, vaqueros, prendas de punto y en fin, con todo lo que queráis y tengáis en vuestro armario. Eso sí, si vas arreglado, con zapato de ante de calidad. Éste es la estrella para épocas de lluvia. Si bien es verdad, que tampoco queda nada mal con zapatillas. Hablando de zapatillas la casa CONVERSE ha sacado al mercado las Chuck Taylor All Star II especiales para la lluvia.

Así pues, no hay excusa para no llevar esta prenda tan tradicional como importante. Dependerá de cómo la combines. Parecerás más o menos moderno, serio o informal, siendo tuya la elección. Jugar con ella da mucho de sí.

Es época de recogerse, de interiorizar o de planear nuevas formas de relacionarse. Lo que queráis, pero elegantemente y para eso nada, como dejarse envolver en una buena gabardina.

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