El sol no lo penetra

la noche se lo pone para evitar el día

de estrellas ella lo adorna

y de melancolía.

Cuando hablamos de accesorios, el sombrero es el rey. Un rey que fue destronado y creído muerto, para ser poco a poco, revitalizado.

Un bolso aporta clase, unas gafas sofisticación,un sombrero te distingue. Te convierte en el centro de todas las miradas, de los halagos y de las criticas. Te convierte en un valiente y en un referente.

Un accesorio que es capaz de darle un giro completo a tu look.

Informal, elegante, funcional o decorativo. Da igual que lo uses para protegerte del calor o del frio. El sombrero nunca pasará de moda y cada temporada se reinventa.

Es el único capaz de ocultar tu pelo en un día en que éste decide, no responder al peine. Lo único que los caballeros debían quitarse delante de las damas y al entrar en los templos.

Imprescindible en los años 30, 40 y 50, dejo de usarse en los 60. Los hippys, caballeros de porte y vanguardistas, nunca dejaron de llevarlo. Pero en este siglo XXI va ganando terreno. Los jóvenes lo reclaman. Posiblemente, no tenga el mismo estatus o uso que en el siglo pasado, pero ya se esta imponiendo en los ambientes más sofisticados.

Si adquieres un sombrero, es fundamental que te lo pruebes como mucha atención. Porque, al igual que las gafas, cada sombrero es para una cabeza, para una rostro y para un estilo.

No es fácil llevarlo con elegancia. Si lo consigues, tu elegancia subirá varios puntos y dará lo mismo que lleves vaqueros, pantalones cortos o bañador en la playa.

Este verano lo veremos muy menudo tanto de día como de noche. Un buen sombrero panamá, tapa muchos defectos y resalta muchas virtudes.

Aunque muchos se burlan y desdeñan, es la sombra para mis ojos en las tibias mañanas de primavera. ¡Cuántos silencios guardan de devaneos y trasnochadas!  Acaricia los cabellos y pinta los cambiados por el tiempo. Compañero de conquistas, de despedidas en alegrías y en tristezas.

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