Poco queda de los dandis ingleses y franceses del siglo XIX que reivindicando una nueva manera de vestir, disfrutaban de una vida alejada de los anodinos quehaceres del resto de los mortales. Aquellos dandis, buscaban despertar la admiración de su sociedad con una revolucionaria indumentaria que reclamaba la ruptura con el pasado más formalista y recargado.

Aquellos dandis tenían una diferencia que, además de su manera de vestir, sumaban sus profesiones. Eran poetas, literatos o artistas plásticos. Sirvan de ejemplo Baudelaire, d'Orsay o el propio Oscar Wilde.

Si los dandis del XIX se rebelaron contra la recargada vestimenta de su época, los de ahora lo hacen contra la uniformidad y el aburrimiento que impera en la calle del XXI y suelen pertenecer a profesiones liberales que les permite ganar mucho dinero.

El dandi contemporaneo sonríe despreocupado ataviado con trajes cruzados de sastre. Lejos de los estampados lisos, prefiere cuadros de ventana o dibujos diplomáticos. Huye del extendido azul marino y gris, dando entrada a colores vivos en sus abrigos cruzados y en sus complementos.

Los colores verde- botella o azules claros reflejan su extrovertido carácter personal. Las más exclusivas franelas y cachemires, ganan la partida a los tejidos más corrientes de lana.

El dandi moderno recupera complementos ya olvidados o pertenecientes a otra época: Sombreros de fieltro, pañuelos alegres de bolsillo, guantes de piel, atrevidos dos y tres piezas, zapatos de doble hebilla de ante, pashminas o alegres calcetines. Todo ello usado, como armas para mostrar su  total indiferencia hacia la masa uniformada, que le observa con un sentimiento entre la sorpresa  y repulsa o quizás con envidia ante tal atrevimiento. No siguen modas. Sencillamente, ellos deciden con su estudiada puesta en escena.

El dandi que se ve en las pasarelas de MADRID, LONDRES, MILAN o NEW YORK, no tiene nada que ver con el del siglo XIX y tal vez tampoco con el actual.

Aquellos se ganaban la admiración y el respeto por sus ideas liberales, su arrolladora personalidad, su amor por la lectura o la escritura y por su preocupación por lograr la mejor preparación académica posible.

Los del siglo XXI, basan todo su protagonismo en ellos mismos. En una estudiada imagen de indiferencia al exterior.

Después de todo....., quedémonos con el tema de la vestimenta actual y con todo lo comentado con anterioridad en este blog.

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