"La elegancia, es una muestra de la aristocrática superioridad del espirito" ( BAUDELAIRE).
Quizás esto suene un poco anticuado en nuestros días, pero llevado al tema de la cama, es decir, vestirnos antes de acostarnos (ponernos un pijama), puede que esté vigente.
¿Qué nos ponemos para dormir sobretodo en invierno? ¿Mantenemos la elegancia y el aplomo o todos nos da igual? ¿Seguimos pautas del buen gusto o no?.
Si es así, si se sigue la estética que aplicamos cuando salimos de casa, una prenda tan ideal como necesaria es el pijama. Si se pierde tiempo en buscar el adecuado en calidad y en diseño, demostráis intención y apariencia. Teniendo en cuenta el tiempo que pasamos en casa, las horas de sofá, de sueño de apacible clemencia doméstica, he de recomendar un par de cosas.
Tejido: No hay nada como el algodón 100%. No da alergia, se mantiene impoluto durante años, cálido en invierno y fresco en verano.
Hay quien prefiere seda, pero se corre el riesgo de escurrirse en la cama o en el sofá y tal como están las cosas, no estamos para caídas.
De corte clásico, que tampoco estamos para dibujos cómicos o similares, no vayamos a asustar a la familia cuando nos lo pongamos. Los encontrarás sin dificultad en cualquier tienda o grandes almacenes, ya sabes, se componen de chaqueta con botones y pantalón, los hay con ribetes en el cuello, lisos, a rayas o cuadros.
Talla: No debe ir ajustado, porque es incomodo y con riesgo de romperse. Son prendas que deben quedar holgadas y debe de primar la comodidad. Puede complementarse con una buena bata, también de algodón. Nada de sedas y figuras de dragones, que entonces el riesgo es de parecer un macarra. Para terminar, añades unas pantuflas o zapatillas. Las hay de cuero o similar, lavable e imitando a mocasín.
Como veis algo sencillo, cómodo y sin estridencias. Si sois de los que os gusta sentíos bien vestidos para ir a la cama, esta es vuestra prenda.