Según los estereotipos sartoriales, estas gamas de colores aplicados al trabajo, siempre han sido consideradas demasiado informales. Sin embargo, yo hablo de usarlos para trabajar en oficinas o despachos, así como, por el efecto llamativo que poseen, para el ocio en terrazas, copas y demás.
Las grandes firmas están apostando por esta gama de tonos blancos, marrones y kakis para esta primavera/verano de 2017. Lo cierto es que puede funcionar. Lo que a priori nos puede parecer llamativo, bien conjuntado, es llevadero y elegante y sin quitarle el uso para la noche.
Si partimos de una base blanca, habrá que contrarrestarla y matizarla para rebajar dicha luminosidad, sobre todo en los despachos.
Empecemos usándolos los viernes, que es el día más relajado de la semana hasta en una notaria. Se supone, que después del trabajo, hay copas y cena. Como además tenemos encima las altas temperaturas, lo usaremos con americanas desestructuradas, tejidos livianos y pantalones slim fit.
Evitaremos el pitillo, pues parecerá que tenemos la pierna embutida en el pantalón, ya que sabéis que los colores claros tienden a hacer más volumen.
Podemos usar americanas color café con pantalones blancos o tostados, más claros que la americana, y en ese caso, usaremos mocasín marrón combinado con cinturón marrón. Si la americana es azul, el mocasín será azul a juego con el cinturón. En ambos casos, la camisa blanca impoluta. Si hablamos de los tostados, podemos jugar con camisa blanca o camisa ligeramente tostada. Otros colores como el kaki o los cafés, con el mocasín y cinturón color piedra e incluso atrevernos con el nude este año.
Yo personalmente no me atrevo con los trajes blancos, pero reconozco que tienen su puntito, son más difíciles, pero...
Y por favor, olvidaos del mocasín blanco. Si queréis, meterle unas zapatillas blancas o incluso, alpargatas blancas de cáñamo. Puestos a liarla, liarla bien.