Dice Sartori, director artistico de Ermenegildo Zegna, que su cliente cada vez es más coleccionista, no compra por necesidad, busca esa prenda que le provoca emoción e ilusión. Una pieza de coleccionista. No busca una prenda, busca la prenda.
¿Cómo una prenda se convierte en pieza de colección?. ¿Por qué un diseño, un color se convierten en moda?. Nadie lo sabe, ni consultores, ni oráculos, nadie tiene la fórmula del éxito.
Lo que es cierto, es que llegado a una cierta edad, tus necesidades están cubierta. Ya no compras por comprar, es cuando surge la necesidad de tener un determinada calidad de ropa. Se compran pocas, pero buenas y precisas. Tu mirada en las tiendas busca esa prenda, una camisa determinada, unos zapatos que bien cuidados te durarán años, el traje a medida y personalizado, la eterna corbata que se adapta a todo o en su defecto, esa corbata para las ocasiones.
Con la edad aprendemos a saborear las pequeñas cosas y también las grandes. Apreciamos los pequeños detalles en todo lo que nos rodea. Desde una comida sencilla y bien preparada, a mejor servida. Elegimos las compañías, las copas, pocas, pero buenas que no todo sirve y entonces pasamos a la ropa, a una camisa blanca, ¿cualquier camisa blanca si todas son iguales?, no, ni mucho menos, Cuántas veces hemos oído en una reunión: "Mi marido tiene una americana como la tuya, azul marino", y tu piensas: "Parecido el azul, lo demás..... ¡ni de coña!".
Personalizar, añadir pequeños detalles, cuidar las calidades, la limpieza de las lineas, el cosido, los botones, la caída, el conjunto.... Y así como en las comidas, no es lo mismo el vinagre de Módena, que el vinagre de Jerez o el vinagre de cualquier otro fruto, en las prendas tampoco.
Empecemos a coleccionar porque tenemos la edad, la experiencia y el gusto necesario para hacerlo. Disfrutemos como cualquier coleccionista de obras de arte, porque hemos de considerar arte, aquellas prendas hechas con mimo y cuidado, bien trabajadas y hechas, como si si fueran para ti. ¡Búscalas y disfruta de ellas!.
La moda es arte y hasta puede haber poesía. En una simple camisa, chaqueta o abrigo hay una persona, una historia, una verdad.
