La primavera en Abril, es el mes en el que, en algunos lugares del sur de España, los colores cambian de nombre. El fucsia es el color capote, el amarillo es color albero y se oyen sugerentes palabras como zahones, rebujito, caireles, cinchuelos...
En Abril los tejidos se hacen livianos, tonos claros y lineas en movimiento. La sastrería convencional encuentra su lado más flexible, un estilo desenfadado y elegante, en busca de la comodidad.
Vuelve el lino, que no es el lino de hace unos años, es un lino tratado. Adquiere una nueva prestancia y caída. La textura, a veces, no parece que lo sea, pero la base es lino. Quizás esta año todavía no lo veamos, pero el próximo año iremos todos arrugados, porque vuelve tanto en camisas, como en americanas, pantalones y trajes.
Volviendo a la estación, es perfecta para lucir americana, ponernos informales, pero elegantes. La americana da ese toque de elegancia combinada con vaqueros, que sólo esa prenda es capaz de dar. La temperatura ayuda, los diseñadores y sastres se ponen de acuerdo para quitarle hierro y seriedad a la prenda y que se adapte, pero sin sofocar. Que sea versátil y quizás en las noches, acompañarla con un bonito fular de verano, sin restarle un ápice de importancia a la americana.
Una prenda, que poco a poco, se va abriendo paso son los tirantes. Fieles compañeros del hombre elegante. Sugiero que se dejen ver dando un ligero toque de sutileza. Acompañaremos las noche teniendo los pantalones bien sujetos.
Mes y época perfecta para empezar a visitar las terrazas, pero bien pertrechados, sin quitarle un ápice de emoción a nuestro look.
