Seguir las tendencias de moda ciegamente, coloca a quien lo hace, en una posición vulnerable. El hombre moderno se viste, pero no se adorna. La moda del hombre está dando grandes saltos hacia adelante. Debemos esforzarnos por educar nuestra mirada y encajar lo nuevo.

Pero, ¿cuándo y dónde se ven estos saltos en la moda?. La distancia entre la pasarela y el cómo se viste en realidad, es lo que toca debatir de ahora en adelante. Para el hombre de la calle, la moda según la entienden los diseñadores, tiene un fuerte componente de absurdez, un fenómeno entre simpático y ridículo muy alejado de la realidad.

Llegados a este punto, observamos las páginas de moda que nos cuentan el espectáculo de las pasarelas y las revistas especializadas que fotografían más a los asistentes, que a lo que la pasarela muestra. Dato curioso. La calle marca más tendencia que la propia pasarela. ¿Deberían mirar los diseñadores a la calle y salir de su mundo cerrado y claustrofóbico?.

Esto debería ser la hoja de ruta para la industria, si quieren llegar tanto al cliente que arriesga, como al hombre tranquilo.

De esta reflexión se deduce, que solo perdurarán aquellas firmas que independientemente del circo que monten en sus desfiles, conozcan su oficio y su deber como diseñadores del mundo real.

Se ha de superar la idea de  lo ambiguo, de que el hombre que sigue la moda a su gusto resulta, según el sentimiento machista, "femenino" y vulnerable. Es entonces cuando habremos dado un paso de gigante.

En la moda lo único que no tiene sentido a seguir es, morirse de frío o sucumbir al calor, al dolor o a la incomodidad por estar al día y seguir sus pasos. El que no se de cuenta de ello, está perdido.

Os dejo unas fotografias de ropa de Carlos Castillo ( Man 1924).  Ropa hecha para hombres de hoy, tranquilos y actuales.

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